Nace el Centro de Documentación y Estudios Anarquistas Francisco Zalacosta

Guadalajara, México. A través de este texto inacabado en el que intentamos contar nuestra experiencia en el ceda-Francisco Zalacosta y lo que queremos hacer, pretendemos mostrar un poco de nuestra historia, hacer una pequeña recuperación de nuestros pasados como movimiento libertario y anarcopunk en la Zona Metropolitana de Guadalajara (zmg), aún con las muchas lagunas y omisiones pendientes por recomponer. Este ejercicio de memoria sirve para ver desde dónde viene la necesidad de un lugar como este. Además, es una demostración de que no necesitamos expertos ni científicos que venga desde fuera a objetualizarnos y decirnos cómo pensamos, qué posiciones políticas tenemos los movimientos sociales, las luchas y las resistencias.

Somos capaces de escribir nuestra historia: nosotros somos quienes la vivimos, quienes la creamos; por lo tanto las reflexiones que nos sirvan para seguir caminando, organizándonos, haciendo política y luchando sólo pueden venir desde nosotros, no de alguien que se pone por encima de nosotros con la pretensión de observarnos como si fuéramos una falla geológica y que al final ni siquiera comparte sus resultados, sólo se roba y usa nuestros saberes y experiencias.

El punk en Guadalajara.

Desde la explosión del punk a finales de la década de los setenta no se imaginaba el alcance que tendría y los lugares a los que llegaría, desde los suburbios de las ciudades traspasando las fronteras, llegando a muchos países y cruzando el tiempo. El punk surgió como un movimiento contracultural y político que cuestionaba las políticas económicas que generaban en la población una vida de alineación y consumo; en especial atrajo a muchos jóvenes que veían un futuro incierto generado por las guerras, el desempleo y la falta de oportunidades que les negaba el sistema.

Entre 1983 y 1985 irrumpe el punk en Guadalajara: desde la marginalidad, la insubordinación y la horizontalidad empezó a extenderse a distintos barrios de la ciudad, donde se encuentra con muchos jóvenes que se identificaron con este estilo de vida. Serían las primeras bandas, como Sedición y Ateos, quienes a través de sus letras y su música luchaban contra la cultura mercantilizada, negándose a convertirse en moda y a lo que se quería imponer como vida desde la Sociedad del Poder.

La música es el medio para difundir su visión y propuesta, en especial la idea de tomar en nuestras propias manos el rumbo de nuestras vidas a través del házlo tu mismo, lo cual ha creado desde entonces una constelación con la historia, el pensamiento y la práctica anarquista. La contracultura y la música generarían un primer espacio organizativo desde donde se hacía política, a partir de los conciertos, el intercambio de material y la convivencia con una perspectiva autogestiva que buscaba extenderse en la cotidianidad.

Para la década de los noventa empezaron a surgir los primeros colectivos, como Acción Subterránea, Resistencia a Barreras Impuestas – Anarquistas (rabia), Repudio Existencial, etcétera. Otros grupos como Fallas del Sistema y la Unión Cívica Antiautoritaria empezaron apropiarse del anarquismo como un posicionamiento ético-político y como un horizonte de vida. Por medio de círculos de estudio se promueven estas ideas. También, se dan intercambios de material y fanzines con personas y grupos de otros estados de la república, incluso con gente de Estados Unidos. Esta iniciativa crearía las primeras redes y vínculos que nutrieron las experiencias organizativas que se generaban localmente.

Con el pasar de los años, los vínculos e intercambios con el movimiento anarcopunk de otras partes facilitaron la participación en las primeras Colectividades en 1993, en la ciudad de Nogales, Sonora. Las Colectividades son el primer espacio de encuentro y diálogo a nivel nacional, tanto para compartir las experiencias y lo que cada quien estaba haciendo en su localidad como para la autoformación a través de los talleres y las discusiones que se generaban.

La política organizativa del movimiento libertario local.

En el año de 1995 se crea el Grupo Anarquista Apoyo Mutuo Ricardo Flores Magón, primer colectivo libertario en Guadalajara que enfoca su participación, discusiones y talleres en temáticas de anarquismo, liberación animal, en la lucha y en la propuesta del ezln, creándose así el vínculo con las comunidades zapatistas por su carácter autónomo y autogestivo. Además, materializa una parte de su actividad en La Hoja Libertaria, donde muestra perspectivas libertarias situadas en su realidad social cotidiana.

Toman el parque Revolución (Rojo) y se crea el tianguis cultural como espacios de difusión (anarquista y punk) y práctica de una vida basada en la acción directa y autonomía: en otras palabras, el hazlo tu mismo.

Para 1997 se crea el Frente de Colectivos La Comuna Libertaria, que engloba al Grupo Apoyo Mutuo, a los colectivos Vegeganismo, Ecologista Libertario, rabia y a miembros de la uca, generando relaciones autogestivas y luchas por la defensa de los espacios creados. Fue partícipe de la rival (Red de Información de Voces Autónomas Libertarias), iniciativa a nivel nacional que promovió talleres sobre la formación política y medios de sobrevivencia autogestivos. De la rival, que se basaba en los encuentros y red de intercambio, se pasa a la formación de la Coordinadora Libertaria en el 2002, que intentó realizar acciones simultáneas con resonancia nacional en función de las experiencias de cada colectivo.

Paralelamente a la etapa final de estas iniciativas locales y nacionales, en el 2003, caminó el taller de cultura punk, con el fin de crear formas de hacer y pensar como libertarios y punks. Gracias a su éxito, logró ser un potencializador de colectivos en la zmg. De aquí se crean otros colectivos entre 2003 y 2004, como Conciencias Libertarias, Sacco y Vanzetti, Acción Directa y Resistencia Anti Tortura Animal (rata) entre otros.

Si embargo, la represión sufrida el 28 de mayo del 2004 en el ámbito de la alcue fue un momento muy difícil para el movimiento anarcopunk ante el clima de terror, cacería de brujas y hostigamiento que se dan después de la represión, se desarticuló el trabajo que se estaba realizando desde varios años atrás. De igual manera, este golpe significó una mirada a nosotros mismos, a nuestro “espejismo” de un movimiento fuerte y bien articulado: nos hizo replantearnos la forma organizativa y de acción que se llevaba planteada, es decir, pretendimos movernos en nuestros espacios y formas y no en función de los calendarios que dictaban los poderosos.

Ante esta autocrítica y autoaprendizaje, se planteó una reorganización del movimiento tomando como base nuestras necesidades y capacidades; por ello es que se trabaja en pos de la construcción de la Cooperativa de Trabajo Autogestivo Regeneración. Se pensó como un espacio físico en donde se pudieran hacer y promover formas autogestivas de trabajo (taller de serigrafía, cocina vegetariana, hortalizas urbanas, entre otras) y además que funcionara como un lugar de autoformación política con la creación de la biblioteca Praxedis Guerrero y los círculos de estudio. De esta manera, la Cooperativa Regeneración se visualizaba como una iniciativa que buscaba crear y practicar en el día a día formas de hacer política y de organización desde el anarquismo, de forma asamblearia y horizontal, llevando la acción directa en la cotidianidad de las relaciones personales y sociales autónomas y de apoyo mutuo.

En los años transcurridos entre el 2005 y el 2007, la Cooperativa Regeneración se convirtió en la mayor generadora de iniciativas del movimiento libertario local, participando en La Otra Campaña y con colectivos y luchas adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Estas iniciativas sirvieron para encontrar y crear trabajo conjunto entre los colectivos libertarios que se encontraban en este momento: la Cooperativa Regeneración, el colectivo Acción y Conciencia, el colectivo Sacco y Vanzetti, el colectivo vaca y personas a titulo individual.

Para mediados del 2008 se fue construyendo una coordinación entre individuos y colectivos a partir de una coyuntura que se dio por parte de los medios masivos de comunicación, pero que se supo trasladar bien a nuestros espacios y tiempos, desde nuestras formas y modos. Esta coordinación de individuos y colectivos fue muy importante, ya que involucró tanto a personas que son parte del movimiento desde la década de los ochenta, noventa hasta los que en ese momento se comenzaban a acercar.

En este contexto, se manifestó en el movimiento una necesidad por repensar y reconformar nuestras formas de hacer política, de autocrítica a nuestros aspectos organizativos y por discutir y resignificar el anarquismo desde el hoy, desde lo que somos, cómo somos, dónde estamos y hacia dónde vamos.

Romper el repliegue desde la autocrítica y la articulación: el ceda-Francisco Zalacosta.

Con el reflujo y disolución de algunos de estos colectivos, promovimos y organizamos iniciativas como el encuentro anarquista a nivel nacional del 2008, nos plantemos seguir caminando en algunos proyectos que se habían propuesto y discutido, como seguir reflexionando sobre la represión y pensar en las formas de solidaridad que podemos generarnos los movimientos. Sin embargo, ahora ya no lo veíamos como un medio de vinculación de los colectivos anarquistas de la zmg sino como un proceso para reconstruir el movimiento libertario.

Para eso nos constituimos en el Grupo Libertario Solidaridad (gls), un espacio en el que confluimos algunas personas para trabajar sobre cuestiones de represión, de autoformación política y para cristalizar el proyecto de un espacio físico propio desde el que pudiéramos generar nuestras iniciativas, nos encontráramos con otras personas y luchas.

El ceda-Francisco Zalacosta es entonces un proyecto que viene por lo menos desde 2004, donde se pasó por proyectos frustrados y por experiencias como la Cooperativa Regeneración, El trabajo que dio origen al ceda-Francisco Zalacosta comenzó hace 2 años en el gls. Partimos de que debía ser un proyecto autogestionado, sostenido de acuerdo a nuestras capacidades y posibilidades, por lo cual duramos ese tiempo ahorrando las cuotas mensuales que acordamos dar para ello, mediante la elaboración y venta de playeras serigrafiadas, libros, la revista del colectivo: Verbo Libertario, entre otras cosas. Era una necesidad ante la carencia de espacios de encuentro en la ciudad, ante la desaparición de los colectivos y la desarticulación del movimiento anarcopunk y libertario local.

Es, pues, un territorio donde reproducir nuestra historia, práctica política y nuestro horizonte de vida libertario, a partir de que nos podamos potenciar nosotros mismos en el vínculo con otras personas y luchas, y tal vez, contribuir a la potenciación de estas a partir del intercambio de experiencias.

Concebimos al ceda-Francisco Zalacosta como un espacio que pretende ser libre, donde se geste nuestra libertad; aunque no completa, porque ésta no podría construirse a partir de una pequeña célula social, pero por lo menos nace un poquito. En esta primera etapa que estamos viviendo, nos hemos planteado un trabajo de documentación: intentamos recuperar los saberes, la historia, las experiencias y las luchas de nuestro movimiento y de los movimientos que sentimos cerca a través de la recopilación de libros, revistas, folletos, fanzines, periódicos, música, películas y documentales, labor que después trataremos de cristalizar en textos que difundan estas otras formas de vida que germinan en estas rebeldías, ya que consideramos que puede ser bastante útil para fortalecernos en la búsqueda del camino que nos lleve a la libertad y a un mundo donde quepan todos los mundos.

Es un lugar de fomento de las relaciones interpersonales, de compañerismo y fraternidad, las cuales se vuelven imprescindibles en la construcción de un sentido comunitario, cuya importancia no debemos olvidar para crecer en una vida más digna y en la construcción de ese mundo que buscamos.

Por el momento, en el ceda-Francisco Zalacosta la biblioteca ya está abierta; hemos comenzado este trabajo de documentación, trabajamos en un círculo de estudio sobre la historia y el pensamiento anarquista, que acaba de cumplir un año, intentamos mantener el lugar con la venta de café, té, materiales hechos por nosotros mismos –playeras, calcomanías, separadores, etcétera.-, y se comenzaran iniciativas para encontrarnos con más grupos, a través de cine-debates y pláticas con la intención de ir creando nuevas formas de hacer política y de organización a fin de volver nuestras acciones golpes más fuertes contra la tiranía y la explotación a la cual nos vemos sometidos, para desplegar las potencialidades que están en nuestras manos.

El ceda-Francisco Zalacosta abre de miércoles a viernes de 12:00 de la tarde a 8:00 de la noche y el sábado de 12:00 a 15:00 horas, y está ubicado en la calle Pavo #209, segundo piso, local #24, en el centro de la ciudad de Guadalajara.

Noviembre de 2010

Deja un comentario